-A través del grupo de Química de Productos Marinos, la institución ha logrado establecer los paneles de biomarcadores de proteínas séricas representativos de pacientes con tuberculosis activa y sus contactos infectados o no infectados, lo que contribuye a la comprensión del complejo metabólico asociada con la progresión de la tuberculosis desde la fase latente a la enfermedad activa.

 

Santiago de Compostela, 1 de junio de 2020. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), uno de los 14 socios del proyecto europeo H2020 “Eliciting Mucosal Immunity on Tuberlosis”, está dando a conocer los resultados que ha alcanzado en el marco de dicha investigación acerca de la tuberculosis.

 

La institución participa en dicha investigación, financiada con 323.036 €, a través del grupo Química de Productos Marinos del Instituto de Investigaciones Marinas. Es uno de los 14 socios de este proyecto europeo, que concluyó recientemente, y cuyo fin es diseñar una vacuna mucosa que induzca una respuesta inmune para la tuberculosis, una de las enfermedades infecciosas más letales, y proporcione una inmunidad protectora de amplio alcance frente a este patógeno. Entre otros socios cabe citar a la Profa. Dra. África González-Fernández del grupo de Inmunología del CINBIO de Vigo y el Med. Dr. Luis Anibarro de la Unidad de Tuberculosis del Hospital Provincial de Pontevedra.

 

“La tuberculosis, lejos de ser una enfermedad del pasado, continúa siendo un problema de salud a nivel global. Se estima que al menos una cuarta parte de la población mundial es portadora del bacilo que la causa, aunque de forma latente”, explican la Dra. Mónica Carrera Mouriño y el Dr. Jesús Mateos Martín, investigadores del CSIC en el citado grupo.

 

En este contexto, el cometido del CSIC en el proyecto, liderado por St George's, University of London y que comenzó en 2015, era la identificación, mediante estudios de proteómica cuantitativa, de un panel de biomarcadores específicos en distintos fluidos biológicos (suero, saliva y esputo) representativos de pacientes con tuberculosis activa y de personas sanas o con la enfermedad en estado latente después de haber estado en contacto con un paciente con tuberculosis pulmonar.

 

“En la fase latente los pacientes no pueden infectar a otra persona, no tienen síntomas y en la mayoría de los casos no desarrollan la enfermedad. Las razones por las cuales el patógeno se activa y provoca la tuberculosis son todavía confusas”, destacan los investigadores.

 

Tras más de 4 años de estudio, el CSIC ha observado, por una parte, que los individuos resistentes al contagio con el bacilo de la tuberculosis, incluso habiendo estado en contacto con un paciente con la enfermedad activa, tenían una serie de proteínas relacionadas con la defensa frente a patógenos aumentadas en saliva y esputo. Por otra parte, ha acometido un estudio centrado en la sangre de pacientes con tuberculosis cuyos resultados preliminares apuntan a la importancia del metabolismo en el paso de la fase de infección latente asintomática a la activa.

 

“Estos hallazgos contribuyen a entender mejor el proceso de respuesta inmune innata, tanto frente al bacilo de la tuberculosis como frente a otros patógenos respiratorios, y aportan una información útil para el desarrollo de una nueva vacuna más efectiva de administración intra-nasal”, destacan Mateos y Carrera.

 

De estos resultados se ha dado cuenta en artículos científicos publicados en Scientific Reports y Journal of Proteomics.